La mayoría de las veces cuando nos
realizamos exámenes de sangre, las indicaciones entregadas por los médicos antes
de estas pruebas dicen que debemos estar unas 8 horas sin ingerir alimentos, la
razón es para evitar que se produzcan cambios bioquímicos en nuestra sangre.
Entre la última comida del día y la
extracción de la sangre deben haber transcurrido unas 8 horas, esto tiene 2
razones fundamentales. La primera es que después de la cena, algunos alimentos
pueden ocasionar cambios en la concentración de algunos parámetros que se miden
en los análisis sanguíneos, como: El colesterol, los triglicéridos, la glucosa,
entre otros.
Ciertos estudios determinan que la incidencia
de los valores es poco si se realiza un desayuno balanceado, pero los
especialistas prefieren que el paciente se encuentre en ayuno para evitar
cualquier alteración en los valores sanguíneos.
La otra razón de ayunar antes de
pruebas de sangre tiene que ver con el aparataje tecnológico que usa para
analizar las muestras de sangre, ya que estos equipos están diseñados para
realizar estudios sobre sangre limpia, por lo que la sangre que se produce tras
la ingesta de alimentos no lo es del todo, porque poseen en suspensión algunas
sustancias que podrían interferir en el funcionamiento del aparato.
En cuanto a los análisis de la orina
es diferente, ya que estar en ayunas no altera en nada la presencia o no de
microorganismo encargados de producir infecciones. Por ello estas muestras
deben tomarse a primera hora de la mañana por que este orine es mucho más
concentrado y tienen los productos de desecho que los riñones producen durante
la noche.
En la actualidad estudios científicos
también argumentan que comer normalmente antes de los exámenes influye poco en
los análisis sanguíneos, ¿A quién creerle? La mejor opción es siempre tomar las
indicaciones de los especialistas para evitar alteraciones en los resultados de
las muestras.
Comentarios
Publicar un comentario