Es un glorioso día soleado, ideal para hacer una barbacoa en el patio. Al borde de una mesa has puesto un plato de alitas de pollo cocidas a la perfección. Luego de un descuido, cuando giras de vuelta, ese montón de alas se ha ido. Cuando te das cuenta fue tu perro fiel, quien gustosamente se encuentra lamiendo la salsa y condimentos. Por ende, se ha tragado los huesos de las alas de pollo. Es ahí cuando te das cuenta que debes apagar la parrilla y llamar al veterinario.
Mientras que los huesos sintéticos son los mejores amigos de un perro mordedor, los huesos de pollo son un asunto diferente — posiblemente uno mortal. Los perros pueden tragar fácilmente estos huesos pequeños, causando obstrucciones parciales o completas del estómago y los intestinos de un perro y evitando el flujo de nutrientes. (las obstrucciones gastrointestinales son problemas caninos bastante comunes, principalmente porque los perros no son quisquillosos.)
Los huesos de pollo también son propensos a astillarse, y los fragmentos afilados pueden perforar agujeros en los intestinos de un perro. Consecuentemente, su perro puede experimentar dolor abdominal severo y problemas digestivos, que pueden llegar a ser fatales sin el tratamiento.
Si usted se dio cuenta que tragó los huesos, usted querrá ver si comienza a presentar síntomas reveladores como el vómito que huele a heces, diarrea, heces con sangre y estreñimiento. Debe estar pendiente de su mascota y de las señales de peligro más ambiguas también, como lentitud general y si grita cuando le toca la barriga. No intente inducir el vómito en su perro; en su lugar, póngase en contacto con su veterinario de inmediato, porque el bienestar de su perro depende de un tratamiento oportuno.
En la oficina del veterinario, el diagnóstico se puede hacer a través de una ecografía abdominal o una radiografía; Si hay un obstáculo, verá segmentos llenos de gas del tracto gastrointestinal. Otro acercamiento implica un endoscopio, un tubo colocado a través de la boca y en el estómago que se puede equipar con una cámara pequeña para encontrar los fragmentos del hueso del pollo y puede acomodar a veces las herramientas quirúrgicas necesarias para quitarlas. Sin embargo, la deglución de un hueso de pollo más grande podría requerir una cirugía abdominal extensiva para extirpar la obstrucción, eliminar la obstrucción y suturar un intestino lesionado.
Para evitar esta situación alarmante lo mejor es mantener a su perro a distancia mientras cocina o realza una barbacoa.
En Café Web encontrarás noticias de actualidad de temática de ciencia, salud, tecnología y curiosidades, así que te invitamos a leer nuestros otros post que son igual de interesantes.
En Café Web encontrarás noticias de actualidad de temática de ciencia, salud, tecnología y curiosidades, así que te invitamos a leer nuestros otros post que son igual de interesantes.
Comentarios
Publicar un comentario